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05.09.2024 10:30

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CUPRA se siente amenazada por los aranceles de la UE

CUPRA se siente amenazada por los aranceles de la UE

CUPRA, operada por la empresa matriz Volkswagen, teme un arancel de importación previsto de 21,3 % para los automóviles importados de China. CUPRA es una empresa europea, entonces ¿por qué hay miedo?

No todos sus vehículos se fabrican en Europa. El coche eléctrico Tavascan es un todocamino diseñado en España y fabricado en la planta de Anhui, en China, que CUPRA posee junto con el grupo chino JAC Automobile. El Tavascan se vende actualmente por unos 52.000 euros, si quisieran cancelar los derechos de importación previstos, tendrían que subir sustancialmente el precio del coche, lo que según Wayne Griffiths, director de las marcas SEAT y CUPRA, está fuera de discusión en este entorno económico europeo.

Tampoco pueden adelantar la producción del coche de la noche a la mañana, porque la inversión en la fábrica china era demasiado grande para abandonarla sin pensarlo.

Griffiths dice que la caída de las ventas podría hacer que CUPRA no alcance los objetivos europeos de reducción de emisiones de CO2, lo que daría lugar a fuertes multas y, a su vez, recortes de producción y despidos de trabajadores españoles.

"Esto pone en riesgo todo el futuro financiero de la empresa", afirmó Griffiths. "El objetivo de los derechos de aduana era proteger la industria automovilística europea, pero para nosotros tiene el efecto contrario. Tenemos que encontrar una solución".

El derecho adicional (21.3 %) se suma al derecho de aduana europeo estándar sobre las importaciones de automóviles (10 %). El arancel propuesto es una medida y una respuesta a los subsidios chinos que están dificultando que los fabricantes de automóviles europeos puedan mantenerse al día.

Beijing ya ha amenazado con responder con investigaciones sobre las importaciones de productos lácteos, carne de cerdo y coñac. Los fabricantes europeos también temen que China pueda imponer aranceles similares a las importaciones en territorio chino. Volkswagen, por ejemplo, exporta un tercio de sus automóviles a China, por lo que el arancel adicional podría perjudicar gravemente las ventas del fabricante alemán, que ya se enfrenta a una caída de las ventas y a posibles cierres de fábricas en Alemania.

En el plan original, la CUPRO Tavascan se habría enfrentado a un impuesto de importación de 38,1 %, pero la empresa se resistió a la decisión de Bruselas. Desde que la empresa participó en la investigación europea sobre las subvenciones chinas, el arancel se redujo hasta los actuales 21,3 %.

"No somos una marca china que quiere inundar el mercado europeo", concluyó Griffiths, que espera que se llegue a una solución común con la UE.




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